martes, 26 de febrero de 2008

A mis treinta y tantos


Vaya que fue una gran celebración el cumpleaños de Jose. Todo comenzó desde el viernes, con unos molletes de desayuno, una pizza de carne molida con un huevo estrellado encima (suena raro pero juro que es una delicia) esa fue la comida, y unos brownies con helado para la cena. El bebé ni enterado estaba de lo que pasaba, pero igual aplaudía por todo. Sus regalos: el libro de Harry Potter en español, y una pijama de parte de JM.

El sábado se decidió que seria la fiesta, así todos tenían tiempo de reponerse de lo ajetreado de la escuela y el trabajo y llegar con mucha energía. Y vaya que surgieron efecto ésta y otras medidas, como por ejemplo pedirles que se saltaran "la once" (alias la hora del té para los chilenos), ´{pequeña historia sobre el nombre de ONCE, viene de la palabra "Agua Ardiente" que tiene 11 letras. Antiguamente, para evitar que el patrón castigara a los empleados, éstos decían "vamos a tomar once", es decir, vamos por un traguito de agua ardiente (tipo 5 de la tarde); con el tiempo se convirtió en un tesito con pan a la misma hora (Cortesia Mike)}. Pues todos llegaron esta vez más que puntuales a la cita, no incluido Javier quien llego 1 hora y media tarde, y con mucho animo, tanto que la fiesta duro hasta 4 a.m.




Al final se acabo el parque (el vino 10 litros, whiskey medio pomin, y los 2 litros de piña colada) y la fiesta se acabo. Para mi sorpresa al otro día nos acordamos que en el refri habían cerca de 20 cervezas bien frías listas para servirse, pero como al principio nadie tomo cerveza pues nos olvidamos de ellas, mas de uno dirá que mala onda, sobre todo Raúl quien se fue consternado porque no se le ofreció de beber Tequila, pero juro que fue así. En todo caso, la fiesta estuvo excelente, cantamos muchísimo y nos divertimos de lo lindo… ¿cuándo la próxima?

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